Aunque esto trae menos caspa de la que nos trajo ayer el amigo Miguel, preparen el H&S, porque también tiene lo suyo.
En la meritoria serie Canarias viejuna, el amigo Calandraca, tirando de un excepcional archivo, nos trae perlas de la prensa canaria de principios y mediados del siglo XX (en caspacanaria.com lo tienen).
A veces el periodismo isleño de inicios del siglo XXI no logra sacudirse del todo esa tendencia a hacer noticia, aunque sea discreta, de la anécdota irrelevante, de lo superficial, de lo intrascendente, de lo chorra, en suma. Y si no, vean lo que publicaba mi diario de cabecera y luz de mis genecitos guanches, El Día, ayer:
¿Por qué se sorprendió la dependienta? ¿Es que resulta raro que el primer edil de La Laguna pague sus compras?
Me chirría el tono en que está escrito, esa especie de admiración implícita en el hecho de que el alcalde no sólo sea capaz de gestionar una ciudad (que está por ver), ¡sino que además es capaz de comprarse él solito una regleta! Ve jubilándote, Superman.
E igualmente lamento que, pudiendo hacer infinitas gracietas con “Clavijo” y “clavijas”, hayan dejado pasar la oportunidad. El difunto Altober hubiera tenido para tres semanas sólo con eso.
Interesantísima noticia ciertamente. Pero en vez de hablar de ello todo el mundo está preocupado por la crisis, fíjense ustedes qué rara es la gente.